Al absolutismo a través de la comunicación
Hola:
Los tiempos que vivimos son propensos a lo mediático; mucho más que lo ha sido hasta ahora. Los medios de comunicación son múltiples y de todo tipo. Padecemos una sobredosis de información que nos bombardea y apabulla, resultando difícil discernir lo veraz de lo falso y lo conveniente de lo pernicioso. Un abrumador y constante goteo de noticias que nos impide en muchas ocasiones separar el trigo de la paja.
En el mejor de los casos, todo este inmenso folletín invade nuestra mente y la aparta de lo importante. En el peor, puede incluso articular nuestra conducta, como meros autómatas que prescinden de su intelecto.
En 1990 el lingüista y pensador estadounidense Noam Chomsky, persona de izquierdas, auto declarado anarquista político y reconocido experto en ciencia cognitiva, hizo una dura crítica de los medios de comunicación en su libro “Los guardianes de la libertad”. Acerca de los medios de la época, escribía, “éstos sirven para movilizar el apoyo en favor de los intereses especiales que dominan la actividad estatal y privada”, y añadía, “sus opciones, énfasis y omisiones pueden entenderse mejor, y en ocasiones con una claridad y penetración sorprendentes, si las analizamos en estos términos.”
Noam Chomsky: “éstos -los medios de comunicación- sirven para movilizar el apoyo en favor de los intereses especiales que dominan la actividad estatal y privada”
Ciertamente, desde hace décadas los medios de comunicación se vienen moviendo por intereses no sólo económicos, también por otros que escapan a la lógica empresarial. Sin negar que su principal interés sea fructificar la cuenta de resultados, la forma de incrementar beneficios no se cimienta en el aumento de consumidores. Los favores que se reciben del poder establecido se transforman en jugosas subvenciones, amplias campañas publicitarias y concesiones gubernamentales, que suscitan la satisfacción de sus propietarios. Como si de acomodo se tratara, les resulta más rentable ofrecerse a un “señor” que servir honestamente a sus usuarios.
Nos venimos enfrentando a una información modular. Una información que se ve modificada de acuerdo a unos factores internos que provocan un resultado estudiado de antemano. Atrás quedó aquella noticia que relataba el suceso, sobre el que luego se opinaba. Ahora la noticia se mezcla con la opinión y aquella nace ya decolorada. Del color que la pinta el medio. Con todo, esto no sería perverso si cada medio utilizase su color. Lo malo es cuando el mismo color es empleado por diversos medios a priori divergentes.
En el caso estadounidense la tarta de la comunicación se la reparten cinco corporaciones privadas, Comcast, Walt Disney Company, News Corp, Time Warner y National Amusements
Esto último viene ocurriendo así en los últimos años. Hay hechos que son tratados de igual manera con independencia del medio; como si se tratara de dogmas que nadie se atreve a cuestionar.

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No hay más que ver lo que cada día pasa de ser noticia a olvidarse, pero la realidad sigue ahí aunque no nos la muestren más que cuando interesa a……..¿quien?
Buen artículo para reflexionar, saludos!
Apreciado lector:
Gracias por su comentario.
Saludos.