Este mundo se va a la mierda
Leí el pasado lunes una noticia en el New York Post que, además de llamar mi atención, me indignó en exceso. Esto último, no por lo que supone la vida privada de los adultos, que por mí tienen todo el derecho a hacer con su cuerpo y su vida lo que les venga en gana. El motivo de mi malestar me lo causó otro factor: los otros protagonistas de la historia, dos menores de edad. […]