Los políticos al servicio de la élite globalista
Acabada la época de Rajoy fueron muchos los que, obstinados por las siglas, vieron con buenos ojos la llegada del nuevo líder que invocaba el reencuentro del partido con sus principios. Durante meses la ilusión volvía a animar sonrisas perdidas. Pero todo aquello no fue más que un espejismo. El naciente PP, al que probablemente Casado quiso darle un nuevo aire en busca de sus raíces, retomó el discurso de su…