Ucrania


Del virus chino, al malvado Putin

Hace un par de días me refutaba un conocido del barrio: “Cómo puedes creerte lo que dicen los rusos, mira la televisión y entérate”. No le seguí la cuerda. Ante tal anomalía mental, me limité a decirle: procuraré verla. Preferí envainarme la respuesta y cambiar de tema. Tonto de mí, antes había cuestionado su talento al darle mi opinión y expresar: “todo parece indicar que hemos pasado de hablar…”.


Estados Unidos no debería participar en el conflicto de Ucrania: no tiene nada que decir

Vaya por delante que no creo que haya una guerra, tal como la conocemos hasta ahora, entre Rusia y Ucrania. Eso, a pesar de lo mucho que se empeñan en vociferar los increíbles medios de comunicación españoles. Ni tampoco por la cantidad de influencia occidental que, sumergida en obscuros intereses, quiere pintar de rojo el barro helado de calles y caminos ucranianos.