Del virus chino, al malvado Putin
Hace un par de días me refutaba un conocido del barrio: “Cómo puedes creerte lo que dicen los rusos, mira la televisión y entérate”. No le seguí la cuerda. Ante tal anomalía mental, me limité a decirle: procuraré verla. Preferí envainarme la respuesta y cambiar de tema. Tonto de mí, antes había cuestionado su talento al darle mi opinión y expresar: “todo parece indicar que hemos pasado de hablar…”.